Sho-Hai presenta en directo su nuevo disco «Polvo»

25/11/2022 – Sala Malatesta, Santiago 22:00h.

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26/11/2022 – Sala MasterClub, Vigo 21:30h.

Sho-Hai (Violadores del Verso) vuelve con un nuevo trabajo en 2022, su tercer disco después de Doble Vida y La Última Función, y garantiza un concierto repleto de hits presentando su nuevo lanzamiento y todos sus éxitos en solitario y con Violadores del Verso.

Sho-Hai, desde la raíz hasta las alturas

Sho-Hai no es un MC al uso. De hecho, él mismo cuando le da por contar batallitas cuenta que en la Zaragoza de los 80, en la basura de su casa, su tía se encontró un montón de discos de funk que los había tirado un vecino que trabajaba en la base americana antes de tener que regresar a su país. Ahí es cuando se le abre la mente y se empieza a empapar de esa cultura en una ciudad en la que estaba todo por hacer en esos sonidos, aunque también confiesa que en su casa entonces se oían los Beatles. Y es que Sergio Rodríguez (Sho-Hai, Hate, El rey de las cantinas…), hermano de Rebel, al que siempre cita como su gran referencia en este mundo, a pesar de estar siempre muy cerca de sonidos quizá más duros (su voz contribuye a ello) siempre vio clara las posibilidades de la senda del rap. 

Lo hizo con aquellos Bufank (en un proyecto en el que ya estaba RdeRumba al que había conocido en el colegio, por cierto, el DJ y productor confiesa que entonces ambos tenían alma heavy) que en los 90 empezaron a dar que hablar en una Zaragoza que empezaba a abrirse a nuevas formas de expresión. Esas en las que se volcó precisamente Sho-Hai (tímido por naturaleza aunque nada inocente a la hora de expresarse) hasta desembocar en el grupo que cambió la historia del hip hop en España, Violadores del Verso. Junto a RdeRumba, Kase.O y Lírico rompió todas las barreras inimaginables e hicieron posible ese sueño de hacer de la música una forma de vida, que a pesar de lo que se cree muchas veces sin tener relación directa con las ganancias monetarias.

Y llegó el momento de tomar vuelo solo y de dar rienda suelta a sus inquietudes. Con nada que demostrar (ahí estaba el sello Violadores del Verso), pero con ganas de cantar sus verdades al mundo, Sho-Hai se lanzó con un primer disco, ‘Doble vida’ (2011), en el que ya daba pinceladas de la brutalidad creativa con la que convive cada día. Y lo que es mejor, dejaba ya la sensación de que estábamos ante un MC con mucho poso que tenía que ir a más. Algo que hubo que celebrar por todo lo alto cuando vio la luz ‘La última función’ (2017) donde, ahora sí, con rotundidad, quedó claro que Sho-Hai tenía ese flow diferente, ese toque entre el delirio y la cotidianeidad anclado a su barrio de toda la vida, las Delicias, que detonaba un punto más que define su trayectoria, el anclaje a sus orígenes y el entender la raíz como un sitio al que volver cuando todo se nubla. Buena prueba de ello es la bandera de Rap Solo que ondea en la terraza de su casa de la Avenida Madrid que no es más que una reivindicación del lugar de donde viene y al sitio al que siempre va a llegar.

Ahora, Sho-Hai vuelve a la palestra con un disco esperadísimo (desde hace meses ya se lleva hablando de él), ‘Polvo’, del que ya ha ido desvelando como un chamán que descubre sus pócimas poco a poco temas llamados a perdurar. Con ‘Sí pero no’ da rienda suelta a su sentido del humor con puñales escondidos mientras que con ‘Te pone bien’ da rienda suelta a su tono festivo en un canto a la vida con un videoclip lleno de guiños a la crew del rap aragonés y, sobre todo, al resto de Violadores del Verso. Pero aún se guardaba una bomba más antes de la salida del disco, ‘Toro sentado’, en el que el zaragozano, ahora sí, deja volar su voz más rasgada buscando esa potencialidad que todos sabemos que tiene y que descargará algún día, estoy seguro, en un disco con una banda de rock duro. Con Sho-Hai todo es posible y si no, suban sus altavoces y pónganse ‘Polvo’ a todo trapo. Un mundo con la irreverencia del Hate siempre es mejor.

Daniel Monserrat

Sho-Hai da rienda suelta a su sentido del humor con puñales escondidos en ‘Sí pero no’