BARBIÁN, zarzuela cabaret de Fernando Carmena con Rodrigo Cuevas
9/04/2022 – Pazo da Cultura, Pontevedra
19:30 h. Entradas en Ataquilla.com
La zarzuela, que se dio principalmente en las ciudades, muchas veces retoma motivos y ritmos del campo, y se convierte en el ensueño rural de los desplazados a la urbe. Si el sincretismo zarzuelero abrazó la jota, el chotis y el cuplé, ahora no podrá resistirse a la voz, la gracia y las madreñas de Rodrigo Cuevas, un auténtico barbián contemporáneo que ha sabido aunar la música popular con el cabaré y que en los últimos tres años ha pasado de cantar en garitos para decenas de personas a presentar sus shows, sexis y cargados de feromonas, en los más grandes auditorios de toda la península. Por cierto, el título, ‘Barbián’, es una palabra que viene del caló ‘barbán’, que significa ‘aire’, y en castellano se dice de alguien desenvuelto, gallardo, atrevido.

Madrid se explica a través de la zarzuela y la zarzuela, a través de Madrid. Toma su nombre del palacio homónimo, pero pronto une su historia a las calles, plazas y teatros de la ciudad. Lo castizo, saludablemente impuro por naturaleza, se construye paso a paso por acumulación de mantones de Manila, farolillos de Nápoles, mazurcas polacas o chotis de Escocia… Madrid, “rompeolas detoda las Españas” en palabras de Antonio Machado, llena también sus teatros de zarzuelas de inspiración manchega, murciana, gallega, asturiana, vasca, andaluza…
Se crea así todo un legado de folclore reimaginado desde la ciudad que cristaliza en la exultante jota de La bruja (1887), los juegos de seducción enclave segoviana de La del Soto del Parral (1927) o el inolvidable canto de las espigadoras de La rosa del azafrán (1930). Siempre en continua mutación, el género se pulveriza en múltiples subgéneros: sainete lírico, ópera chica, revista, juguete cómico, pasillo, humorada, divertimento, disparate… Madrid inspira los cuplés lúbricos de La gatita blanca (1905) y la melancolía de posguerra de Un día de primavera (1947): la zarzuela es el cabaré y el refugio sentimental de los madrileños.
La palabra barbián viene del caló «barbán’, que significa ‘aire’, y en castellano se dice de alguien desenvuelto, gallardo, atrevido. La voz de Rodrigo tiende puentes sin esfuerzo entre la tradición y el underground. Descubre vínculos donde otros se empeñan en crear divisiones. El repertorio que le propuse quedaba lejos de sus coordenadas artísticas, pero se adentró en él, cual espigador, ávido de tesoros zarzueleros rebosantes de esencias populares y sicalípticas.
A menudo encontrábamos estas esencias ocultas bajo un tupido manto orquestal que era preciso metamorfosear. Frank Merfort y Richard Veenstra, compositores y diseñadores sonoros afincados en Berlín, han sido los artífices de esta crucial transfiguración musical. Se han confrontado con la música de Chapí, Chueca o Sorozábal con liberadora sensibilidad contemporánea, aunque sin perder de vista las células madre de las composiciones de partida. El sincretismo zarzuelero abrazó la jota, el chotis, el cuplé….. y permea tanto nuestra apuesta musical como el fabuloso vestuario diseñado por Constantino Menéndez (Made by Kös).
Entre Madrid y Berlín, entre la huerta y el cabaré, entre lo castizo y lo cosmopolita, proponemos esta noche un viaje heterodoxo por un género no menos heterodoxo. Esperemos que lo disfruten tan barbianamente como nosotros.



